Entradas

Mostrando entradas de 2015

"Disfrutar de la Vida"

—Hola Cristina, Tanto tiempo sin saber de ti. —Hola amiga, te cuento, las cosas por aquí se han tornado un poco insoportables. Desde que el viejo ese estuvo grave, no he podido descansar, todo el día es un achaque diferente, ¡coño, lo que debe soportar una! Yo lo que buscaba era disfrutar de la vida chama, ir de viajes, de compras; vivir de lujos pues, pero no, me tuvo que tocar el hombre más miserable y encima de eso, achacoso. Fíjate que habíamos planeado irnos para Cancún como te había dicho, pero él, para darme una sorpresa, cambio todo, y planeó, para irnos a Varadero en la isla de Cuba, y yo muy complacida en realidad, ¡ay que gustazo!, yo caminando por esas blancas arenas, toda despampanante, con todos esos ojos de los turistas queriéndome comer, me tiré en una tumbona de esas que ponen a la orilla de la playa a broncearme, ay chica todo de lujo, cuando un uruguayo se posa en la tumbona vecina a la mía, él todo atlético, con un traje de baño minúsculo, y ¡Aquella mercancía!, m

"Mi Confidente Electrónica"

H ola, ¿cómo estás?, tenía días sin saber de ti. Eres ingrato, solo acudes a mi cuando necesitas contarme algo, de resto ni te apareces por error. Pero yo siempre seguiré aquí, esperando tu llega, a la final, debes llegar a mí, no tienes otra salida, ¿Cómo lo sé? Es simple, nadie le prestara tanta atención a tus historias como yo lo hago, además, de soportar tus silencios. Cuando se presentan esos momentos incómodos, te sientas, solo a mirarme, observas fijamente mi blanca piel y como parpadeo, una y otra vez, te sientes bloqueado y yo trato de no interrumpir ese choque de ideas que vienen a tu mente, tus pensamiento van de un lado a otro, tratas de ordenar las ideas pero por momentos no puedes, te sientes frustrado, son tantas cosas las que te inquietan. T u imaginación empieza hacer su trabajo, te transporta hacia un punto muy alto, dese allí, ves los detalles del mundo, de ese mundo que transita sus días en un caos eterno, ves a personas vacías, deshumanizadas que solo viven para c

"Un Círculo Vicioso"

E l dolor te invade, sientes la garganta corroída por el mal sabor de la maldad, no sabes llorar, el dolor te borro ese recuerdo, tienes una sonrisa maltrecha dibujada, no se reconoce si la sonrisa es de burla, tristeza o del propio dolor. La respiración se te hace intermitente, respiras de forma atropellada, desordenada, las manos se te hielan pero con una pequeña capa de sudor, tu cerebro se te arremolina en pensamientos, dudas de tu entorno, dudas, de tu capacidad, dudas de lo que ves, dudas de lo que sientes, dudas de las personas, dudas, dudas de tu buena voluntad, te consideras malo, desventurado, cuando llegas al odio te detienes, no aceptas que el ser humano sienta odio, el ser humano es perfecto. Vas deambulando por el centro de la ciudad, te detienes a mirar las vidrieras de los almacenes, ves un vacio, no ves ni tu reflejo en el cristal, solo ves a un hombre tirado en una acera, lo ves lleno de sangre, tratas de entender que le pasó, la voz de un niño te saca de tus pensami

“Prefiero Morir Pobre”

I S entado bajo la sombra de un frondoso árbol de una plaza pública solitaria, estaba Miguel ensimismado por la terrible situación que lo acongojaba, no hallaba una salida, todos los caminos posibles eran oscuros, turbulentos y nada agradables, todo era difícil. Así que, ahí estaba Miguel, sin tener a nadie que lo ayudara y pensando que para otras personas todo era más fácil, todo lo que deseaban en la vida lo conseguían y ¿para él? Para él, nada era fácil, le daba rabia, le daba envidia, les deseaba el mal a aquellas personas, se retraía de esos pensamientos, él no era malo, solo que estaba desesperado.             Como si de un genio se tratara se postró ante él una figura un poco lúgubre, tétrica, no supo de donde salió, ni cómo llegó allí, pero le regaló un susto casi mortal. —Buenas tardes, ¿cómo estás?, —preguntó aquel extraño.             Algo titubeante respondió, —Bien ¿y usted? —Muy bien, ¿Por qué tan solitario? ¿Le puedo hacer compañía? —Sí, claro, como le